miércoles, 22 de abril de 2015

DÍA DEL ENTRENADOR DE BÁSQUETBOL

22 de Abril, día del Entrenador de Básquetbol

Imagen: nuestrobasquet.com.ar

En el día del Entrenador de Básquetbol, resulta indispensable homenajear a León Najnudel, creador de la Liga Nacional de Argentina.

Frases de León Najnudel:

“A los entrenadores se los debe juzgar por una trayectoria y no por un lapso corto, eso me parece imprudente. Se debe evaluar qué logró y le dejó al club después de su trabajo. No es un burro el que pelea el descenso, ni un fenómeno otro que gana 15 partidos”.

“Un entrenador es un vendedor del producto que ofrece. El mío es el de convencer a los dirigentes del camino a recorrer para lograr objetivos. Traer chicos jóvenes, desarrollarlos y lograr un equipo competitivo por ese camino”.

“Yo creo en la cosa diaria, de hacer pocas cosas nuevas pero todos los días, en cada entrenamiento. Hay entrenadores que prefieren darle al jugador una catarata de información diaria. Yo pienso que hay que darle un poco por encima de lo que es capaz de recepcionar y así ir levantándole el techo. Pero no atosigarlo, una cosa por vez todos los días. Además, hay que darle cosas básicas del juego, nada misterioso. Creo en la simpleza y no todo el mundo está capacitado para ver las cosas simples. Trato de no irme de las obviedades, de las precisiones y no agarrarme de las excentricidades”.

“El que piense que en el básquetbol hay cosas misteriosas está equivocado. Los mejores entrenadores entrenan con una simpleza tremenda, en Estados Unidos, Europa o cualquier lado, porque todavía los partidos los ganan los que mejor pasan la pelota, los que seleccionan mejor los lanzamientos, los que menos violaciones cometen, los que agarran más rebotes. Eso no varió nunca. Este es un juego de jugadores y no de entrenadores, por eso trato de aportarles detalles obvios, simples, para mejorarlos, porque son cosas pequeñas las que diferencian a los jugadores”.

“Hay una frase de algunos entrenadores que repudio totalmente: ‘Yo hice a tal jugador’, dicen, y pretenden demostrar que dieron a luz a un jugador de básquetbol. Es una gran mentira, porque el jugador es hijo de tres factores, ordenados según su incidencia: sus aptitudes potenciales (lo que trae de la cuna), el medio interno en que se desarrolla y la influencia de su entrenador”.

“A mí me gusta darle participación al asistente e intervenir cuando sé que puedo mejorar o corregir algo. Lo que pasa es que nuestra economía no siempre da para traer asistentes de buen nivel. Estoy convencido de que sí un entrenador está inmerso en dar el entrenamiento, deja de ver detalles importantes de un equipo. Todos los entrenadores trabajan, porque es la única manera de competir en este nivel”.

“El profesionalismo hizo que una camada de entrenadores buenos, hoy esté alejada o retirada. Por otro lado, el interés por ser entrenador es cada vez mayor y aparece gente nueva. Esta actualidad de entrenadores jóvenes se va a estabilizar y no habrá tanto recambio. De la misma forma que hoy los jugadores se dan cuenta de que, además, esta actividad les permite un buen pasar económico, con los entrenadores pasa lo mismo. A los jóvenes los veo con inquietudes, con profesionalismo, con amor por esto y tratan de mejorar”.

“Para ganar hay que jugar mejor que el otro y tener algo de suerte, pero los resultados se obtienen después de un trabajo continuado”.

“Soy un privilegiado que vive de lo que le apasiona. Cuando empiezo un proyecto nuevo no me inquieto, porque el básquetbol mundial es una gran familia y por más que uno cambie de lugar, la gente es igual en todos lados".

Anécdota con Andrés "Chapu" Nocioni: 

La anécdota la cuenta nada más ni nada menos que Andrés Nocioni: “Mi viejo recibió un telefonazo de León Najnudel para decirle que me quería ver jugar para llevarme a Racing. Papá le dijo que jugaba en Unión de Santo Tomé. El partido empezaba a las 5 y unos 10 o 15 minutos antes entró Najnudel, que de por si había tenido que pagarse la entrada porque nadie lo había reconocido. Vio 5 minutos de entrada en calor y a los 5 minutos de juego se levantó y se fue. Mi viejo, sorprendido, lo fue a buscar. No sabía qué decirle. "Si no le gustó puede venir otra vez...", alcanzó a decirle mi viejo. Y León le dijo: "Vi lo necesario. Póngalo en forma que me lo llevo a Buenos Aires".